Urgencias
Esta semana tuve la oportunidad de acompañar a un amigo a Urgencias del Hospital Clínico. ¡Aquello fue una aventura! Dicen que en los hospitales se conoce a la verdadera España. Estoy de acuerdo. Allí estábamos todos. Paco, un buen hombre (entrado ya en años), que acompañaba a su madre (imagínate la edad que tendría). ¡Pero que delicia de pareja! Ese hombre sí que sabe lo que es una madre y lo que su madre hizo con él antaño. El cariño con que la trataba no lo he visto en muchos sitios. La delicadeza con la que le comprendía, era exquisita. A mi amigo, se le pasaban sus dolores de contemplar esa escena. A su lado estaba un matrimonio, también entrado en años, a la espera de la famosa llamada del médico. Hoy día, no sé ve en muchos sitios manifestación más clara de fidelidad que la que allí se presentaba: sin ningún alarde, sin ningún extraordinario. El Jhony (no sé cómo se llamaba, pero este nombre le va al pelo) era todo un crack. Échale treinta y cinco años, mazado hasta las...