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Mostrando entradas de 2010

La barba

No sé si alguna vez te has dejado barba. Si lo has hecho seguramente coincidirás conmigo en estas apreciaciones. Parece que cuando te dejas barba la gente se siente en la necesidad de preguntarte... ¿Te estás dejando barba? Durante años he lucido mi pulcra faz con un afeitado diario y apurado y cuando después de unos días empieza asomar la pelusilla... ¡No es evidente que sí! Pero no, la gente, cuando te ve, insiste en la pregunta. Pues oye, voy a colgarme un cartel que diga bien claro: SÍ, ME ESTOY DEJANDO BARBA. Y esto no es todo. Tu barba, como un partido de fútbol, se convierte en objeto de crítica de todo el mundo. Todos se ven obligados a hacer el comentario inoportuno : pues no te queda muy bien, pues te sale poca barba, pues deberías recortarla periódicamente,... Y yo me pregunto: ¿no habrá temas más interesantes que comentar? Definitivamente, dejarse barba se convierte en un ir contracorriente, en luchar contra la adversidad, en toda una heroicidad. Ya verem...

Unas pocas palabras

Nunca unas pocas palabras supusieron tan grandes emociones. Nunca unas pocas palabras generaron tantas expectativas. Nunca unas pocas palabras congregaron a tantos genios ocultos. Nunca unas pocas palabras hicieron disfrutar tanto. Nunca una Velada fue tan intensa como Aquella: La Gran Velada Literaria .

Ascensor

Subir y bajar, entrar y salir. Mirar hacia arriba, mirar hacia abajo. Una minuciosa inspección de las esquinas y tararear la última canción de kiss fm . - Un invierno largo, ¿verdad? - Sí, sí, desde luego. ¡Ni cambio climático, ni calentamiento global! Pero en fin, de algo tienen que vivir algunos. Balanceo acompasado. Manos atrás. Llaves fuera. El niño pequeño, la carantoña, reírse con él, comentar la jugada. Adelantar el pie. Retrasarlo. Desasosiego. Impaciencia. Mirada al contador digital: inquietud. Por fin llegó el momento. Como la luz que asoma al final del túnel, como el melón que se transforma en chicle, como el capullo que se abre en flor,… - ¿Su piso? - ¿Y el suyo?

Las minas anti-persona

Durante estos días de lluvia suele sucederse en las calles de las ciudades uno de esos episodios que a nadie deja indiferente. Sobre todo por las consecuencias del incidente. Es fácil encontrarse en épocas de lluvia, entre las aceras de las calles, alguna baldosa que no está correctamente fijada. Es una de esas baldosas que no sobresale, que conserva su posición original, pero que con el paso del tiempo ha perdido la materia de sujeción y permanece sobre el suelo sin inmutarse. ¿Quién lo haría en su situación? No el ayuntamiento, desde luego. ¿Y qué es lo que pasa con esas baldosas? Pues que son como las minas antipersona. No es que yo haya activado muchas minas antipersona. Ni siquiera las he visto en la realidad. Pero ¿quién no ha conocido una de esas minas por alguna película? No lo sé. En cualquier caso yo sí que las he visto. Pues bien, este tipo de baldosas se asemejan a las minas antipersona porque actúan del mismo modo. Varias veces me ha pasado que voy tranquilamente por...