No sé si alguna vez te has dejado barba. Si lo has hecho seguramente coincidirás conmigo en estas apreciaciones.
Parece que cuando te dejas barba la gente se siente en la necesidad de preguntarte... ¿Te estás dejando barba? Durante años he lucido mi pulcra faz con un afeitado diario y apurado y cuando después de unos días empieza asomar la pelusilla... ¡No es evidente que sí!
Pero no, la gente, cuando te ve, insiste en la pregunta. Pues oye, voy a colgarme un cartel que diga bien claro: SÍ, ME ESTOY DEJANDO BARBA.
Y esto no es todo. Tu barba, como un partido de fútbol, se convierte en objeto de crítica de todo el mundo. Todos se ven obligados a hacer el comentario inoportuno: pues no te queda muy bien, pues te sale poca barba, pues deberías recortarla periódicamente,...
Y yo me pregunto: ¿no habrá temas más interesantes que comentar?
Definitivamente, dejarse barba se convierte en un ir contracorriente, en luchar contra la adversidad, en toda una heroicidad. Ya veremos lo que dura.
viernes, 7 de mayo de 2010
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