¿Y si sí?
No deja de ser habitual que, cada cierto tiempo, nos enfrentemos a una pregunta cuya respuesta no siempre es evidente: ¿y si sí? ¿Y si todavía queda un poco más?
Un poco más ¿de qué?
Un poco más de pasta de dientes, de desodorante, de champú, de crema...
Aparentemente puede parecer que el producto ha llegado a su fin, que ya no da para más. Que su destino inmediato es la papelera o ese proceso de reciclaje cuya suerte es la misma que la de muchos otros materiales... ¡Y que uno no acaba de estar convencido de si su fin no es el común al resto de los restos!
Pero ya lo dice la sabiduría popular: las apariencias engañan. En estos casos, lo habitual es dar por terminado el servicio. Ahora bien, ¿y si sí? ¿Y si todavía quedara un poco más para hoy, para este momento? Es una pregunta que puede responder a un perfil ahorrador, lo sé. Que, por cierto, no necesariamente tiene que ser catalán (con todos mis respetos para ellos).
Y resulta que sí, que lo que parecía que ya estaba agotado, sigue cumpliendo su misión una vez más. Quizá la última, pero una vez más.
También es verdad que, una de las claves para que esto suceda es que, el material del que está hecho el continente (como en el seguro del hogar) sea estrujable. Es decir, que puedas retorcer el envase hasta que la evidencia se haga realidad: no da para más.
No sé si habéis experimentado esa sensación de satisfacción cuando llegas a este punto. Es como si los dos personajes de un viaje, se despidieran amablemente. ¡Hasta aquí nuestra aventura común!
Es una vivencia puntual, pero que te saca una cierta sonrisa. Porque además, ahora te enfrentas a otro momento muy particular: el de estrenar un nuevo bote, tubo o lo que corresponda. Reconoce que ese momento también tiene su relato. Pero eso ya daría para otra entrada...

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